La fibromialgia es una condición crónica que se caracteriza por la presencia de un dolor musculoesquelético generalizado, de fatiga extrema y de una variedad de síntomas cognitivos y emocionales. Aunque no tiene cura, si se consigue un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, se puede mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Este artículo estaremos explorando en profundidad qué es la fibromialgia, cuáles son sus causas, sus síntomas, cuáles son los métodos de diagnóstico, los tratamientos disponibles y qué consejos se pueden seguir para manejar la enfermedad. Además, responderemos a las preguntas más frecuentes acerca de esta condición.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es un trastorno de dolor crónico que afecta principalmente a los músculos, los tendones y los ligamentos. A diferencia de lo que sucede en otras enfermedades reumáticas, la fibromialgia no causa inflamación ni daño en los tejidos, pero sí provoca una amplificación del dolor debido a alteraciones en el sistema nervioso central.
Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS), la fibromialgia se considera un síndrome de sensibilización central, lo que significa que el cerebro procesa las señales de dolor de manera anormal, haciendo que estímulos normalmente no son dolorosos sean percibidos como dolorosos.
La fibromialgia se caracteriza principalmente por presentar un dolor generalizado, que persiste durante más de tres meses y afecta a ambos lados del cuerpo, tanto el superior como el inferior, por causar una fatiga abrumadora que no mejora con el descanso y que puede llegar a ser incapacitante, por afectar y provocar trastornos del sueño, pues aunque los pacientes duermen, muchas veces el sueño no es reparador debido a las alteraciones en las fases profundas del sueño, y por afectar a los sistemas cognitivos, conocido como “fibro niebla” es un síntoma que puede incluir la dificultad para concentrarse, la pérdida de memoria a corto plazo y confusión mental.
Aunque comúnmente se habla de “enfermedad”, la fibromialgia es técnicamente un síndrome, ya que esta engloba un conjunto de síntomas sin una causa única identificable. Su diagnóstico se basa en criterios clínicos, ya que no existen pruebas de laboratorio o de imagen específicas para confirmarla.
Causas y factores desencadenantes
Aunque no se conoce la causa exacta de la fibromialgia, se han identificado varios factores que pueden contribuir a su desarrollo.
Hay estudios que sugieren que la fibromialgia puede presentarse debido a factores genéticos, existiendo una predisposición familiar, pues personas con familiares de primer grado que padecen de fibromialgia tienen 8 veces más probabilidades de desarrollarla.
Las alteraciones en el sistema nervioso pueden ser una causa, pues los niveles anormales de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina pueden afectar la percepción del dolor, provocando una disfunción en el procesamiento de este, y el sistema nervioso se vuelve hipersensible, interpretando estímulos normales como dolorosos, a esto se le conoce como sensibilización central.
Algunas infecciones y enfermedades previas pueden afectar en su desarrollo, como infecciones virales (como Epstein-Barr o hepatitis C), que pueden desencadenar o empeorar los síntomas o enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide), que están asociadas a un mayor riesgo.
El trauma físico o emocional, como accidentes, cirugías o lesiones repetitivas, pueden ser detonantes, así como el estrés postraumático y la ansiedad crónica, que están fuertemente vinculados a la fibromialgia.
Por otro lado, los desequilibrios hormonales y del sueño, como alteraciones en el cortisol (la hormona del estrés) y la melatonina (reguladora del sueño), o la falta de sueño profundo, pueden exacerbar la fatiga y el dolor.
¿A quiénes afecta con más frecuencia?
La fibromialgia puede aparecer en cualquier persona, pero ciertos grupos tienen mayor riesgo, como pueden ser las mujeres en edad adulta, que representan entre el 80-90% de los casos diagnosticados. Se cree que las hormonas femeninas (estrógeno) influyen en la percepción del dolor.
Las personas entre 20 y 50 años, pues aunque la fibromialgia puede aparecer en niños y ancianos, es más común en adultos jóvenes y de mediana edad.
También están en mayor riesgo los pacientes que padecen de enfermedades crónicas, como aquellos con artritis reumatoide, lupus o espondilitis anquilosante, que tienen mayor probabilidad de desarrollar fibromialgia.
Así mismo, los individuos con trastornos psicológicos, como la depresión, la ansiedad y el estrés crónico, se encuentran entre quienes tienen factores de riesgo mucho más significativos.
¿Cómo saber si tengo fibromialgia?
Si bien se requiere de un diagnóstico médico, algunas de los síntomas iniciales a los que se les debe prestar atención para decidir buscar ayuda médica son los siguientes:
Síntomas físicos
Entre los síntomas físicos se encuentran un dolor generalizado en músculos y articulaciones, síndrome de fatiga crónica, incluso después de dormir, rigidez muscular matutina, problemas digestivos (síndrome del intestino irritable), desequilibrio y vértigo (según la Clínica Universidad de Navarra). y sensibilidad al frío, calor o ruidos fuertes
Síntomas cognitivos y emocionales
Se pueden encontrar entre estos la ya mencionada “fibro niebla”, que causa dificultad para concentrarse y pérdida de memoria, ansiedad y depresión y alteraciones del sueño (insomnio o sueño no reparador).
Puntos de dolor de la fibromialgia
Anteriormente, el diagnóstico se basaba en la identificación de 18 puntos sensibles (llamados tender points), donde el dolor era más intenso. Hoy, los criterios han evolucionado, pero los siguientes puntos siguen siendo referenciales: la base del cráneo, los hombros, la parte superior del pecho, los codos, las caderas y las rodillas.
Complicaciones y peligros de la fibromialgia
Si no se maneja adecuadamente, la fibromialgia puede llevar a mayores complicaciones o implicar otra clase de condiciones, como lo pueden ser:
Discapacidad funcional
El dolor constante limita actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o trabajar, por lo que algunos pacientes requieren ajustes laborales o incapacidad temporal.
Problemas de salud mental
Puede causar depresión y ansiedad, pues hasta el 50% de los pacientes desarrollan estos trastornos debido al dolor crónico. Y puede causar aislamiento social pues la fatiga y el malestar llevan a evitar salidas o reuniones.
Dependencia de medicamentos
Se puede requerir del uso prolongado de analgésicos opioides puede generar adicción. Por ello, es importante que los antidepresivos y relajantes musculares sean supervisados para evitar efectos secundarios.
Otras condiciones asociadas
La fibromialgia puede causar síndrome del intestino irritable (50% de los casos), migrañas y cefaleas tensionales, vértigo y problemas de equilibrio (según la Clínica Universidad de Navarra).
Evaluación clínica y diagnóstico
Diagnosticar fibromialgia puede ser un desafío debido a la falta de pruebas específicas. El proceso incluye la exclusión de que los malestares sean causados por otras enfermedades, mediante el uso de análisis de sangre para descartar la artritis reumatoide (factor reumatoide), el hipotiroidismo (TSH) y las enfermedades autoinmunes (ANA, PCR).
Los criterios de diagnóstico actuales incluyen que haya presencia de dolor generalizado durante al menos 3 meses, que se registren los síntomas asociados como fatiga, problemas cognitivos y sueño no reparador y que, según el índice de dolor generalizado (WPI), incluya la evaluación de 19 partes corporales.
Se debe realizar además, la evaluación psicológica para identificar presencia de ansiedad, depresión o estrés postraumático, que pueden agravar los síntomas.
Tratamientos para la fibromialgia
Medicamentos
Se suelen usar analgésicos (paracetamol), antidepresivos (duloxetina, amitriptilina) y anticonvulsivos (pregabalina) como parte de las recetas para el tratamiento de la fibromialgia.
Terapias no farmacológicas
Se suele recomendar realizar ejercicio moderado (yoga, natación), terapia cognitivo-conductual (TCC), acupuntura y masajes.
Cambios en el estilo de vida
Se recomienda al paciente que adopte una dieta antiinflamatoria y que cuide de su higiene del sueño con mayor esmero.
Consejos para convivir con fibromialgia
Hay diversas prácticas que los pacientes pueden adoptar para convivir y aliviar los síntomas de esta condición, y que pueden ayudarles a mantener una buena calidad de vida.
Manejo del dolor
Se puede realizar terapia física con ejercicios de bajo impacto (yoga, pilates, natación) y es bueno aplicación calor con almohadillas térmicas o baños calientes para relajar músculos.
Higiene del sueño
Se deben establecer horarios fijos para dormir y evitar la cafeína y el uso de pantallas antes de acostarse.
Alimentación antiinflamatoria
Se deben reducir las azúcares, el gluten y lácteos (pueden exacerbar síntomas), y se deben aumentar consumo de omega-3 (salmón, nueces) y antioxidantes (frutos rojos).
Apoyo emocional
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a manejar el estrés y el dolor crónico. Y los grupos de apoyo, al compartir experiencias, ayudan a reduce la sensación de aislamiento.
Planificación diaria
Se recomienda dividir tareas en pasos pequeños para evitar sobreesfuerzo y usar herramientas ergonómicas (sillas con soporte lumbar, teclados adaptados).
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Cómo empieza la fibromialgia?
Puede comenzar con dolor localizado que se extiende progresivamente, fatiga y trastornos del sueño.
¿Cómo termina una persona con fibromialgia?
No es una enfermedad mortal, pero requiere manejo continuo para evitar complicaciones.
¿La fibromialgia es hereditaria?
Hay predisposición genética, pero no es directamente hereditaria.
¿Cuánto dura un brote de fibromialgia?
Desde días hasta semanas, dependiendo del manejo del estrés y tratamiento.
¿Qué parte del cuerpo duele más con fibromialgia?
Zonas como cuello, espalda y caderas suelen ser las más afectadas.
¿Cuánto vive una persona con fibromialgia?
No reduce la esperanza de vida, pero impacta en la calidad de vida.
Conclusión
La fibromialgia es una enfermedad compleja que requiere un enfoque multidisciplinario. Aunque no tiene cura, con el tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida, es posible controlar los síntomas y mejorar el bienestar. Si sospechas que padeces fibromialgia, consulta a un reumatólogo para un diagnóstico preciso y un plan de manejo personalizado.
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