A pesar de vivir en un mundo tan avanzado, nadie se libra de los problemas más comunes, y uno de ellos es el dolor cervical. El dolor cervical puede tener mucha causas, desde un movimiento mal hecho hasta traumatismos graves o enfermedades degenerativas, por eso es fundamental conocer a fondo la causa y darle el tratamiento necesario. En este articulo exploramos el dolor cervical, sus causas, riesgos, tratamientos médicos y caseros y recomendaciones para evitar volver a sufrirlo.
¿Qué es la cervicalgia o dolor cervical?
La cervicalgia, comúnmente conocida como dolor cervical, es un término médico que define cualquier dolor localizado en la región del cuello, que se extiende desde la base del cráneo hasta la primera vértebra dorsal. Es una afección musculoesquelética extremadamente frecuente que afecta a un alto porcentaje de la población en algún momento de su vida. Este dolor puede originarse en diversas estructuras como músculos, ligamentos, nervios, discos intervertebrales o las propias vértebras cervicales.

Tipos
La cervicalgia se puede clasificar de diferentes maneras, principalmente según su duración y su causa.
Cervicalgia Aguda
Es un dolor de aparición repentina y de corta duración, generalmente menos de 3 meses. Suele estar relacionada con contracturas musculares, malas posturas o traumatismos leves como el latigazo cervical.
Cervicalgia Crónica
Cuando el dolor persiste durante más de 3 meses. A menudo está asociada a procesos degenerativos como la artrosis cervical o hernias discales, y puede requerir un abordaje terapéutico más complejo.
Cervicalgia Radicular o Braquialgia
Este tipo ocurre cuando existe una compresión o irritación de una raíz nerviosa que sale de la médula espinal cervical. El dolor no solo se queda en el cuello, sino que se irradia al hombro, brazo y mano, pudiendo acompañarse de hormigueos, adormecimiento o debilidad.
Cervicalgia Mecánica
Es el tipo más común. El dolor surge de las estructuras musculoesqueléticas del cuello y suele empeorar con el movimiento y mejorar con el reposo. Las contracturas y los problemas posturales son sus principales causas.
Causas y factores de riesgo
Las causas del dolor cervical son muy variadas, por ejemplo, los problemas músculo ligamentosos que incluyen contracturas, sobrecargas y esguinces por malas posturas esfuerzos bruscos o dormir en una posición inadecuada. Traumatismos de lesión en los tejidos blandos del cuello, enfermedades degenerativas como la artrosis cervical o espondilosis, especialmente en personas mayores, y también las hernias discales y el estrechamiento del canal medular.
Algunos de los factores de riesgo más comunes son la edad avanzada, que produce desgaste natural, el sedentarismo, la falta de fuerza muscular, el estrés y la ansiedad, que provocan tensión muscular, la obesidad, los trabajos que exigen posturas mantenidas o movimientos repetitivos del cuello y el tabaquismo.
¿Qué te duele cuando tienes cervicalgia?
El dolor puede manifestarse de distintas formas, desde una molestia local hasta síntomas que se extienden a otras zonas.
Síntomas más comunes
Entre los síntomas más comunes están el dolor en la nuca y la parte posterior del cuello, que puede ser punzante, en forma de presión o sensación de quemazón. La rigidez y limitación del movimiento, ya sea para girar o inclinar la cabeza, y la contractura muscular y espasmos. Además, por lo general los músculos del cuello y la parte superior de la espalda se notan duros y dolorosos al tacto.
Síntomas asociados
Hay muchos síntomas que podrían estar asociados con la cervicalgia, y es esencial identificarlos. Algunos de los más comunes son el dolor de cabeza muy frecuente, originado por la tensión muscular en la nuca, los mareos y vértigos, un dolor que se irradia hacia los hombros, la espalda alta o, en caso de radiculopatía, hacia los brazos y manos, y menos común pero muy importante, el hormigueo y adormecimiento, ya sea en el cuero cabelludo, los hombros, brazos o dedos, indicando posible compresión nerviosa.
¿Cuándo debes preocuparte?
Es crucial buscar atención médica inmediata si el dolor cervical aparece después de un traumatismo grave o si se acompaña de pérdida de fuerza repentina en brazos o piernas, hormigueos o entumecimiento intensos que rodean los hombros o bajan por ambos brazos, pérdida de control de esfínteres, vejiga o intestinos, fiebre alta junto con rigidez de cuello y dolor de cabeza intenso o pérdida de peso inexplicable asociada al dolor.
Evaluación médica y diagnóstico
El diagnóstico comienza con una historia clínica detallada y una exploración física en la que el médico valorará la movilidad del cuello, la fuerza muscular, los reflejos y la sensibilidad. Luego de eso y si se sospecha de una causa subyacente más grave o si el dolor no mejora con tratamientos iniciales, se pueden solicitar algunas pruebas complementarias como radiografía de rayos X para valorar la alineación vertebral y signos de artrosis, resonancia magnética para detectar hernias discales, estenosis o problemas medulares, tomografía computarizada, para tener imágenes más detalladas de las estructuras óseas, o una electromiografía, que evalúa la función de los nervios y músculos, confirmando una radiculopatía.
¿Cómo se cura?
El tratamiento de la cervicalgia depende de muchos factores y de su causa específica, pero suele seguir un enfoque escalonado, desde lo más conservador hasta la cirugía.
Tratamiento Conservador y Rehabilitador
Es la base para la mayoría de los casos. En este se receta medicación, generalmente antiinflamatorios no esteroideos, relajantes musculares y analgésicos para controlar el dolor y la inflamación en la fase aguda. También se complementa con fisioterapia y puede que se recurra a la osteopatía y quiropraxia, pues en algunos casos, pueden ayudar a restaurar la movilidad y alinear las estructuras.
Tratamientos Intervencionistas
Cuando el dolor es persistente o radicular se opta por las infiltraciones, que son inyecciones de corticoides y anestésicos locales en la articulación facetaria, el espacio epidural o cerca de una raíz nerviosa para reducir la inflamación y el dolor de forma directa.
Cirugía
Es el último recurso y solo se considera cuando hay compresión medular grave, déficit neurológico progresivo o dolor incapacitante que no responde a otros tratamientos. Los procedimientos pueden ser discectomías, laminectomías o fusiones vertebrales.

Remedios caseros para la cervical inflamada
Estas medidas pueden ayudar a aliviar los síntomas leves en casa.
Aplicación de Calor o Frío
Usar una manta eléctrica o una ducha caliente ayuda a relajar la musculatura contracturada y mejora la rigidez muscular. Es ideal para dolores crónicos. Por otro lado, aplicar hielo, no directamente sobre la piel, en los primeros 2 a 3 días después de una lesión aguda ayuda a reducir la inflamación.
Ejercicios Suaves de Estiramiento
Realizar movimientos lentos y controlados de flexión, extensión e inclinación lateral del cuello, siempre dentro del límite del dolor puede ser de alivio. Recuerda siempre evitar los movimientos bruscos.
Mejorar la Postura
Ser consciente de la postura al sentarse, trabajar o caminar es fundamental. Mantener las orejas alineadas con los hombros y la mirada al frente te ayudará a mejorar la postura.
Te puede interesar: vendaje neuromuscular.
Prevención y cuidados en casa
Incorporar hábitos saludables es clave para prevenir nuevas crisis.
Ergonomía en el trabajo
Ajustar la altura de la silla y la pantalla del ordenador a la altura de los ojos. Los pies deben apoyar completamente en el suelo y los antebrazos apoyados en la mesa.
Fortalecimiento muscular
Realizar ejercicios regulares para fortalecer la musculatura del cuello, hombros y espalda como por ejemplo, la natación, el yoga, o los pilates.
Evitar el sedentarismo y los movimientos repetitivos
Hacer pausas activas cada hora si se trabaja en una misma postura y dentro de lo posible, cambiar de posición frecuentemente.
Control del estrés
Practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda puede reducir la tensión muscular acumulada en el cuello.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Qué órganos afecta la cervicalgia?
La cervicalgia en sí no afecta directamente a los órganos vitales. Sin embargo, la tensión muscular y la compresión nerviosa pueden causar síntomas que se perciben en otras zonas, como fuertes dolores de cabeza, y mareos. En casos muy severos con compresión medular, podría afectar el control de esfínteres.
¿Qué no debo hacer si tengo cervicalgia?
Algunas cosas que debes evitar son forzar el cuello con movimientos bruscos o rotaciones rápidas, mantener la misma postura durante largos periodos, especialmente con la cabeza flexionada, automedicarse más allá de lo recomendado para el dolor agudo, cargar pesos excesivos o realizar actividades que incrementen el dolor y dormir boca abajo, ya esta posición torsiona el cuello.
¿La cervicalgia produce cansancio?
Sí, de forma indirecta. El dolor persistente interfiere con la calidad del sueño, impidiendo un descanso reparador. Además, el cuerpo está en un estado constante de tensión y estrés para protegerse del dolor, lo que genera una sensación de fatiga y agotamiento general.
¿Cuándo una cervicalgia es grave?
Una cervicalgia es grave cuando está causada por una compresión significativa de la médula espinal o de las raíces nerviosas. Las señales de alarma, mencionadas anteriormente, como la pérdida de fuerza, los hormigueos en brazos y piernas, o la incontinencia, requieren atención médica inmediata.
Conclusión
La cervicalgia o dolor cervical es una afección común con muchas posibles causas, desde una simple contractura hasta problemas degenerativos más complejos. Comprender sus síntomas, causas y factores de riesgo es el primer paso para un manejo adecuado. La prevención, a través de una buena postura, ejercicio regular y control del estrés, es fundamental para mantener una columna cervical sana y evitar recurrencias. Ante cualquier duda o la presencia de señales de alarma, es fundamental consultar siempre con un profesional de la salud.
En FisioPOU, nuestra clínica de fisioterapia en Madrid, evaluamos tu caso de forma individualizada para identificar la causa de la cervicalgia y aplicar el tratamiento más adecuado. Combinamos terapia manual con vendaje neuromuscular en Madrid, ejercicios específicos, pilates en Madrid terapéutico, rehabilitación en Madrid y técnicas de reeducación postural para aliviar el dolor cervical y mejorar la movilidad.
No esperes a que la molestia limite tu día a día. Reserva tu cita ahora y recupera el bienestar de tu cuello con fisioterapeutas especializados en columna cervical.
